He escuchado esta mañana al presidente de Confebask, Miguel Ángel Lujua, en su despedida (el 20 de julio) como máximo responsable de la patronal vasca. Si es hora de hacer balance, podemos decir que su mandato se ha guiado por la manipulación y el bloqueo de la negociación colectiva. Aunque le he escuchado que sigue expresando que se deben reducir los costes laborales de los trabajadores vascos (¿más todavía?) y en su lógica de reducir el pago de costes sociales y fiscales a las haciendas, siguiendo su máxima de que quien mas gana, pague menos.
De las muchas cosas que se me ocurren de su aparición en Radio Euskadi destacaré tres básicas. La primera es que por mucho que se empeñe en decirnos Miguel Ángel Lujua que la patronal quiere que haya negociación colectiva y se firmen los convenios, la realidad esa que se pisa en el barro muestra que no dice la verdad. Los empresarios no quieren firmar los convenios y, quizás algunos a título personal lo harían, pero las organizaciones empresariales que preside Confebask obliga a no hacerlo. ¿Quién pierde si no se renueva un convenio? Está claro, verdad.
Habla desde la prepotencia que la última reforma laboral le otorga. Los gobiernos han dado esa fuerza a los empresarios y, sin duda, la utilizan y la aplican. Consiguen lo que estamos viendo un día si y otro también: aumenta la precariedad, crecen los contratos por horas (a tiempo parcial, que si ya 40 de cada cien que se firman, y bajan los salarios. Un dato del CES Vasco en su último informe confirma que la remuneración de los asalariados entre 2010 y 2013 en la distribución de la renta, según el último dato que cita el informe, ha caído en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa un 5,66%, en el conjunto del Estado español la caída en ese periodo ha sido casi el doble, el 9,46%, y sin embargo en la zona euro la remuneración de los asalariados se ha incrementado un 4,28%. ¡Esto no dice Lujua!
En segundo lugar, Confebask quiere traer los acuerdos que se firman en Madrid a Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, y se molesta cuando se encuentra con el rechazo de la mayoría sindical vasca, aunque sea por separado. El acuerdo de Madrid sobre negociación colectiva es una burla a los trabajadores. Plantea incrementos muy lejanos al crecimiento del PIB previsto por el Gobierno español que, continuamente, lo está elevando, con lo cual crecerá el desajuste salarial para los trabajadores y volverán a perder poder adquisitivo. Miguel Ángel Lujua y sus compañeros de patronal buscan eso: salarios bajos, largas jornadas de trabajo y pocos derechos laborales para engordar sus bolsillos.
Y, por último, nos dice que tenemos que parecernos en costes y productividad a los europeos. Los datos le vuelven a jugar una mala pasada, porque indican que la productividad de los trabajadores vascos es de las más elevadas de la UE, pero los salarios de los trabajadores vascos en comparación con economías similares son entre un 30% y un 40% inferiores, además de que la precariedad laboral se dispara en el mercado laboral vasco con el objetivo claro y directo de que los empresarios quieren forrarse a cuenta de esos contratos bajos y salarios ridículos.
Por lo tanto, Miguel Angel Lujua se va, sí. Ha sido un buen presidente para los empresarios. Es cierto. Pero lo que el llama “lunar” en relación a un acuerdo de negociación colectiva, le llamaría un gran agujero. Porque siempre ha predicado con reducir salarios, rebajar condiciones laborales y mantener la precariedad, mientras cobraba en su antiguo puesto de director gerente de Mutualia, mas de 240.000 euros al año, pero ahora ha pasado al IGualatorio Médico Quirúrgico, seguro que con mayor nómina. Un balance personal: espectacular.
De nuevo lo digo: solo nos queda la lucha contra estos desalmados que solo buscan que la clase trabajadora hinque las rodillas. Eso, nunca. Aurrera!
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