martes, 4 de agosto de 2015

EXPERTOS INTERNACIONALES CONSIDERAN QUE LAS MUERTES POR AMIANTO AUMENTARÁN UN 50% EN EUROPA, HASTA LOS 47.000 FALLECIDOS POR AÑO


(Este reportaje lo dedico de corazón a todos esos afectados por el amianto y que cada día mantienen su lucha para conseguir que se haga justicia)

Expertos en amianto confirman que en los próximos años el número de muertes relacionadas con el amianto en Europa podría alcanzar su punto máximo en 47.000 por año -un 50% más de las proyecciones habituales-, y que es el doble de las muertes por accidentes de tráfico. Ante la gravedad del problema no se está actuando desde los gobiernos con la diligencia adecuada. 
   ¿Por qué? ¿Qué intereses se esconden? ¿Por qué se ocultan los datos reales del efecto del amianto? Aunque prohibido en la UE desde 2005, el amianto “sigue presente en muchos lugares, tales como barcos, trenes, maquinaria, túneles y tuberías en redes públicas y suministro privado de agua. El amianto se utilizó ampliamente en edificios construidos entre 1961 y 1990”, como se reconoce desde Bruselas.ñ
   Este es el primero de tres reportajes que voy a ir publicando en los próximos días. En este se explica la gravedad del problema a nivel europeo y mundial; le seguirá una recopilación de los fallecidos en Hego Euskal Herria y el drama que está generando; y un tercero confirmará que hay médicos y responsables de organismos públicos que actúan en favor de los intereses de las mutuas y de las empresas, o lo que es lo mismo: en contra de quienes han sufrido y sufren las consecuencias de haber inhalado durante su vida laboral las fibras de amianto. Un mineral cancerígeno que desde el inicio del siglo pasado se sabía sus consecuencias fatales, pero ni las empresas ni los gobiernos garantizaron las medidas de prevención para evitar este daño a las personas y al propio medio ambiente.
   En junio, el Comité Económico y Social Europeo (CESE) y el Comité de las Regiones (CDCR) pidió a la Comisión Europea y a los Estados miembros de la UE establecer registros de los edificios que contienen amianto y el desarrollo de planes de acción para la retirada de amianto de forma segura. Porque, como se explicó en esa conferencia internacional, “ya sea para vivienda de interés social o el palacio real, todas las casas y todos los ciudadanos están preocupados (...) Los estudiantes y los profesores, operarios y personal de mantenimiento son parte de los nuevos grupos de riesgo y se añaden a la larga lista de los trabajadores y las personas están cada vez más amenazados por estructuras de amianto contaminados en toda Europa", denuncia el CESE (Consejo Economico y Social Europeo).  Porque, según confirmaron los expertos internacionales en esa conferencia, en los próximos años el número de muertes relacionadas con el amianto en Europa podría alcanzar su punto máximo en 47.000 por año -un 50% más de las proyecciones habituales-, y que es el doble de las muertes por accidentes de tráfico. En este caso, hay que recordar que en Hego Euskal Herria solo hay unos pocos ayuntamientos que han adoptado medidas para censar edificios con amianto y poder avanzar a su desamiantado, como ya denunció la Asociacion de Víctimas del Amianto de Euskadi (Asviamie) hace unos meses.
   Según el coponente del Dictamen sobre el amianto del CESE, Enrico Gibellieri, los Estados miembros y las instituciones europeas “deben tomar medidas ahora para prevenir esta emergente crisis sanitaria pública. Es necesario llevar a buen término los planes de acción nacionales y la Comisión Europea debería dar prioridad a su respuesta a este grave riesgo para la salud pública en todos los ámbitos políticos”. A a su juicio, “estamos hablando sobre mucho más que unos obreros tradicionalmente expuestos, ya que ahora también están expuestos los niños en nuestras escuelas, el personal de nuestros hospitales y las personas que trabajan en edificios públicos, así como cualquier persona que viva en una casa, lo que equivale a casi todos los ciudadanos”.
   Según sus cálculos, Los programas de eliminación de amianto podrían costar entre 10.000 a 15.000 millones de euros en el mayor Estado miembro. Se calcula que en Gran Bretaña solamente, más del 80% de las escuelas todavía contienen amianto. Pero, como reconocen los organismos internacionales, la magnitud de esta tragedia es enorme. La OIT calcula que anualmente fallecen en el mundo más de 100.000 personas como consecuencia de la exposición al amianto. La OMS estima que cada año se registran, únicamente en la Unión Europea, entre 20.000 y 30.000 nuevos diagnósticos de enfermedades relacionadas con el amianto y que más de 300.000 ciudadanos (más de 40.000 de ellos del Estado español) morirán de mesotelioma pleural en la UE de aquí a 2030.
   Mauro D’Attis, ponente del CDR sobre el marco estratégico de la UE en materia de salud y seguridad en el trabajo 2014-2020, lamentó el hecho de que la retirada del amianto no ocupe un lugar importante en la agenda política de la UE, haciendo hincapié en la falta de voluntad política para tratar una cuestión que provoca la muerte de miles de personas cada año. «Necesitamos un riguroso análisis de los riesgos actuales y un modelo eficaz para el registro de la presencia de amianto en los edificios», subrayó. 


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