lunes, 26 de octubre de 2015

CONDENAN A ARCELOR MITTAL GIPUZKOA A PAGAR MÁS DE 71.519 EUROS A HIJOS DE ESPOSA DE TRABAJADOR FALLECIDA POR AMIANTO AL LIMPIAR BUZOS



Por primera vez en Hego Euskal Herria, una sentencia judicial, en este caso del Juzgado de Bergara, reconoce la muerte de la mujer de un trabajador contaminada por amianto al limpiar cada día los buzos de su marido. 

Arcelor Mittal Gipuzkoa, sucesora de Unión Cerrajera, ha sido condenada a pagar 71. 519 euros, más costas e intereses, a los hijos de Luisa S.A., que falleció en octubre de 2011 por un mesotelioma maligno provocado al inhalar fibras de amianto de los buzos que "lavaba, planchaba y sacudía" de su marido, Josu C.G., que trabajó 21 años en Arcelor Mittal, y que falleció en agosto de 1989. 

Como señala la sentencia judicial, el trabajador "padeció una sobrexposición incontrolada y continúa de fibras de amianto", que después recaían y se transmitían a su esposa, cuando se dedicaba a la limpieza de los buzos de trabajo, dado que en la antigua Union Cerrajera no lo hacían, incumpliendo la legislación preventiva.

Josu C. G., era encargado de los hornos y la colada, por lo que el contacto con el mineral cancerígeno fue permanente durante su vida laboral en la empresa siderúrgica. No había medidas de prevención, ni equipos de protección. Y, aunque la defensa de la multinacional siderúrgica en el juicio celebrado en Setiembre trató de desvincular la utilización del amianto en aquella empresa, fue el presidente del comité quien constató la fuerte presencia del mineral cancerígeno en aquella época en la que el marido de Luisa era el responsable de los hornos y la colada. Tampoco hubo dudas sobre la procedencia del Mesotelioma, dado que la esposa del trabajador era ama de casa. Todo quedó constatado por parte del doctor que atendió a la  fallecida desde que se le detectó el cancer fulminante, como es el Mesotelioma. Puesto que fue diagnosticada el 22 de junio de 2011 y falleció el 1 de octubre de ese mismo año.

Esta sentencia es muy importante porque muchas mujeres lavaron, sacudieron y plancharon los buzos de sus maridos, que llegaban blancos del amianto, como hemos escuchado cientos de testimonios. Abre las puertas a otras demandas y pone, una vez más, en entredicho el papel de las empresas en materia de salud laboral y el silencio cómplice de la Administración pública. Ni a unos ni a otros les importó el daño que causó y causa el amianto a los trabajadores y a sus familias, un drama que sigue y seguirá en un par de decenas de años, por lo menos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario