jueves, 22 de octubre de 2015

No hay tal milagro, Sr. Rajoy


Aunque los resultados de la Encuesta de la Población Activa (EPA) muestran una reducción del desempleo, añaden datos preocupantes: mayor temporalidad y trabajo parcial, por lo tanto inestabilidad y empobrecimiento de la población. Y, aún y todo, todavía el paro sigue siendo el doble de cuando comenzó la crisis en 2008.
No hay milagro a la vista, como los gobernantes encabezados por Mariano Rajoy (PP) y otros más cercanos nos quieren hacer creer. Es un espejismo. Sí. Tanto encomendarse a las vírgenes y a los santos por parte de los ministros, no han traído el cacareado milagro. No existe. 

El supuesto milagro de Rajoy se sustenta, a mi entender, en tres actuaciones de carácter neoliberal (aunque hay más) durante esta crisis económica:

1ª Aplicar una austeridad muy severa ante servicios necesarios y ante las personas más necesitadas de la sociedad y, a cambio, inyectar dinero público a los bancos y cajas para sanear sus negocios maltrechos por dedicarse no al sistema financiero, sino al negocio inmobiliario, que, mientras marchó bien, les otorgó enormes beneficios. 
Hoy esos bancos "limpiados" siguen bien, porque el Banco Central Europeo está interviniendo y les está inyectando más dinero casi gratis, aunque el pueblo sigue sin ver un euro o bastante más caro. El gobernador del Banco de España así lo expresó esta semana: "A 30 de septiembre pasado, los activos adquiridos por el Eurosistema bajo el programa ampliado de compras ascendían a algo más de 475.000 millones de euros, de los que una parte sustancial, casi el 72%, correspondían a deuda pública".

2ª La reforma laboral y de la negociación colectiva, que han propiciado cambios en cuanto a mayores bazas para que los empresarios tengan acceso directo al despido barato, a la contratación precaria y, a la vez, a frenar las subidas salariales, vaciando la negociación colectiva de contenido y dotando a los empresarios del poder de modificarla a su conveniencia. 
De hecho, durante estos años de la crisis el salario real ha caído entre un 8% y un 14%, según los tramos. Y, por otro lado, existe un 16% de trabajadores considerados pobres por sus salarios ridículos. Mientras tanto, los sueldos de los directivos y ejecutivos de las grandes empresas se han disparado.

3ª Y como tercera pata, ligada a la anterior, podemos decir que el milagro de Rajoy es un espejismo porque lo que ha hecho, siempre para beneficiar a la élite económica, es copiar lo que hizo Alemania con los minijobs para reducir el paro. Hoy un 20% de los contratos temporales son por menos de diez horas y el 60% no pasa de las cuatro semanas. Sí, son estos contratos a tiempo parcial, que benefician a los empresarios porque no cotizan por ellos y quienes son contratados de esa manera es casi imposible que puedan acumular jornadas de trabajo que les permita tener una prestación por desempleo en un plazo inferior a tres años.
Todo esto unido con esa caída brutal de los salarios, que ha modificado las barreras del umbral de la pobreza. Un trabajador temporal que entra de nuevo en una empresa percibe un salario un 40% inferior a otro que esta fijo y que hace la misma labor. 
Ese es el truco. Rajoy nos ha "alemanizado" en contratos para hacer caer las estadísticas y nos ha "chinificado" en salarios. Hay menos paro, pero también menos renta salarial.
Termino. Esto no es un milagro, sino el mayor atraco a la dignidad como pueblo trabajador. No mejora la economía para la mayoría, lo que nos dicen los gobiernos son un espejismo. La pobreza no cesa, pero gracias a Rajoy, y otros que siguen por acción u obediencia sus dictados, unos pocos se están forrando.


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