lunes, 27 de abril de 2015

MAS DE CUATRO AÑOS EN SILENCIO

28 de Abril. Día mundial de la seguridad y la salud en el trabajo. Si guardásemos un minuto de silencio por cada muerte derivada de un accidente laboral o una enfermedad profesional en el mundo, tendríamos que estar CUATRO AÑOS Y CUATRO MESES en silencio.
Duro. Muy duro. Un día te levantas para ir a buscar el pan, y resulta que no vuelves. Has tenido un accidente según vas al curro o cuando sales, o te ha explotado en tus narices el horno de fundición, o te has caído de una altura...O falleces cuando ya te has jubilado y esperas vivir y disfrutar después de años y años doblando la espalda, pero tuviste la mala suerte de que en tu puesto de trabajo te cruzaste con una fibra de amianto, con productos como el benceno, sílice y numerosos productos químicos que producen cáncer. 
Una vida truncada. En realidad, son 2,3 millones de muertes derivadas del trabajo cada año; de ellas, la gran mayoría ( casi dos millones ) son por enfermedades profesionales. En la UE, la proporción es peor: por cada muerte en accidente hay casi 20 por enfermedades profesionales.
¿Por qué ocurre? Porque la prevención de riesgos laborales no es la primera y fundamental exigencia que tienen las empresas, en general, salvo casos muy matizados. No se cumple la legislación, pero tampoco las administraciones públicas hacen que los empresarios las cumplan. 
Algunos servicios de prevención consideran que si se activarán todas las medidas de salvaguarda de la salud de los trabajador@s, la productividad se reduciría un tercio. Entonces, se plantea algo muy serio: o salud de trabajadores, o menos beneficios. Exacto, habéis acertado: sacrifican la salud de los trabajadores.
OIT afirma que “La prevención es clave, puesto que no sólo engloba la protección de las vidas y medios de vida de los trabajadores y sus familias, sino que también contribuye a asegurar el desarrollo económico y social. Es preciso concertar esfuerzos a escala internacional y nacional para sensibilizar acerca de las enfermedades profesionales y abordar, de una vez por todas, la raíz del problema, que son los déficits de trabajo decente. El establecimiento de una cultura preventiva en materia de seguridad y salud necesita del diálogo social entre gobiernos y organizaciones de trabajadores y de empleadores, de un mayor intercambio de conocimientos y de los recursos adecuados”.
Cierto, pero yo concluiría que casi todo se arreglaba si los empresarios velarían por la seguridad de sus trabajafor@s.

cuadro: OIT


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