Los últimos datos de paro y contratación laboral ha hecho emerger la situación real que se produce en el mercado laboral vasco: la precariedad es el negocio de los explotadores. La economía solo va bien para éstos, y quienes consienten esta difícil situación que empobrece a la mayoría, es decir a quienes ocupan una poltrona y no hacen nada por garantizar que la riqueza se distribuya de una manera más equilibrada.
En mayo se realizaron en la CAV (Araba, Bizkaia y Gipuzkoa) un total de 71.476 contratos de trabajo, pero solo 47.021 personas se beneficiaron de los mismos. Es decir, cada trabajad@r tuvo 1,52 contratos de media, casi la mitad de los contratos se firmaron con mujeres, y de todos ellos, Dos de tres no tuvieron una duración mayor a los 28 días.
El 38,31% de los contratos fueron a tiempo parcial, por encima de la media española (35%) y el 51,7% de los contratos que se hicieron con mujeres fueron a tiempo parcial, es decir más de uno de cada dos contratos firmados.
Esta realidad perpetua la precariedad laboral, la pobreza y, sin embargo, beneficia a los empresarios que utilizan este sistema de explotación laboral.
¿Esto es salir de la crisis? No. Esto es perpetuar la precariedad y la explotación.
Un último comentario: hace años nos decían que la economía debía crecer a partir del 2,5% al 3,%, como mínimo, para generar empleo. Sin embargo, los gobernantes han conseguido obrar el milagro. ¿Donde esta la clave? En los salarios. Han caído y, los que no han caído, están bloqueados para que no aumenten (una concesión mas a la patronal que puede bloquear los convenios colectivos sin problema), junto con los elevados despidos, han hecho que la productividad haya aumentado. El problema, como siempre (porque esto no es nuevo), es que solo unos pocos se benefician de esa mejora de las cuentas, y son estos pocos quienes engordan sus beneficios.
Lo dicho la precariedad, ahora mas, es el negocio de los explotadores.
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