lunes, 22 de junio de 2015

Jóvenes y mayores, los más y peor parados


¿Y qué hacen los gobernantes y los empresarios para terminar con el drama? El paro es la principal preocupación de los vascos, según el Observatorio de la Universidad de Deusto.
Dos de cada tres  creen que es el problema de primera magnitud; otra tercera parte, además, está preocupada por las condiciones laborales ante el avance escandaloso de los contratos por horas, a tiempo parcial, lo que eleva la precariedad laboral a límites insospechados.
Si el paro se encuentra en el 15,6% en Hego Euskal Herria, el cuarto nivel de desempleo mayor de la UE, si se profundiza por edades se comprueba que los parados con menos de 25 años de Hego Euskal Herria sufren un nivel de desempleo del 42% y se ha conocido por un informe de la Fundación Adecco que el 71% de los mayores de 45 años llevan mas de un año en paro. Son porcentajes dramáticos.
Mientras todo esto ocurre, nuestros gobernantes se empeñan en mandarnos falsos mensajes optimistas, porque se reduce unas décimas el desempleo o se crean algunos puestos de trabajo, aunque la precariedad avanza.
Pero, ¿qué hacen para revertir esta situación? Porque, por un lado, se nos dice que los jóvenes son los mejor preparados de la historia, pero la realidad les condena al desempleo, porque los empresarios no  les contratan. Y, por otro lado, los mayores de 45 años con la importante experiencia laboral que han adquirido son carne de paro. La Fundación Adecco en el VII Informe Mayores de 45 años en el mundo laboral destaca que el 70% de los encuestados en el País Vasco tarda más de un año en encontrar una nueva ocupación, tras perder su empleo anterior. De hecho, el paro de larga duración afecta más intensamente a los mayores de 45 años: un 71% lleva más de 1 año en paro, frente al 54% de los menores de 34 años.
No hace muchos días las asambleas de parados de Bizkaia desvelaron el montaje que Construcciones Navales del Norte (CNN), propietarios del astillero de La Naval, había elaborado para contratar a trabajadores lejos de Bizkaia para pagarles menos, bajo la excusa de que no hay mano de obra cualificada suficiente en Ezkerraldea, Bizkaia y Hego Euskal Herria. Se suele decir que se coge antes a un mentiroso que a un cojo. 
La realidad es dramática. Mientras estos gobernantes nos ponen buena cara y nos ofrecen expectativas de futuro que, en realidad, son meros espejismos para una parte importante de la sociedad, la realidad nos muestra que la pobreza aumenta y la desigualdad crece. Porque los ricos siguen aumentando sus fortunas (un 40% en el periodo de crisis) y las empresas reparten cada vez más beneficios para la élite, mientras que los salarios permanecen muy por debajo del crecimiento del PIB y se producen más recortes sociales para los excluidos y los pobres. Creo que ya lo he repetido en varias ocasiones: las empresas que cotizan en bolsa durante los años de la crisis han ganado más, que en los trece años antes de crecimiento económico desmesurado.
En realidad, los gobernantes tampoco están haciendo los deberes para conseguir mayores ingresos para las arcas públicas para poder incentivar y desarrollar políticas publicas que propulsen la actividad económica y que sea generadora de empleos de calidad.
No.Nuestros gobernantes siguen los pasos que les dicta la elite económica y financiera para que sus bolsillos sigan engordando y, a cambio, un día les dejaran entrar en sus consejos de administración para que “vayan a aburrirse” (como decía Felipe González) una vez al mes (si llega) y cobrar por encima de los 200.000 euros al año. Un trabajador tiene que partirse el espinazo durante casi 10 años de su vida para cobrar una cantidad similar a la que perciben “estos puertagiratorias de lujo”.
Creo que no nos debemos dormir, aunque tengamos una sensación rara. Como dice mi amigo Periko Solabarria “solo los peces muertos nadan a favor de la corriente” y añado yo, por muy difícil que lo veamos, que “solo se pierde aquella lucha que se abandona”? Sigamos en la lucha, solo así lograremos un mundo más justo y equilibrado. Aurrera!

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