sábado, 30 de mayo de 2015

PRESIÓN DE LA INDUSTRIA QUÍMICA PARA NO PROHIBIR LOS AGENTES CANCERÍGENOS EN EUROPA


Funcionarios de alto rango y los grupos de presión se combinan para socavar la iniciativa europea contra los disruptores endocrinos.

El instituto sindical europeo, ETUI, dependiente de la CES se ha hecho eco de la denuncia de hace unas semanas de las ONG sobre la paralización/prohibición del uso de disruptores endocrinos que afectan gravemente para la salud y el medio ambiente, dado que son agentes que generan cáncer, entre otros problemas para la salud.


Dos nuevos informes de las ONG proyectan una luz cruda sobre las funciones desempeñadas por los grupos de presión de la industria química y altos funcionarios de la Comisión Europea en el aplazamiento de la adopción de criterios de los disruptores endocrinos.

En el proceso de adopción de la normativa europea sobre pesticidas, la Comisión Europea se comprometió en 2008 a presentar una estrategia de la UE sobre los disruptores endocrinos y criterios científicos elegido para definir estas sustancias al Consejo y al Parlamento de la UE en diciembre de 2013. Pero nada sucedió como estaba previsto.

En lugar de respetar sus compromisos, la Comisión Europea puso en marcha un estudio sobre los impactos económicos potenciales asociados a los criterios de selección específicos. En ese momento, muchos observadores, incluidos los funcionarios electos, habían visto en esa decisión la influencia de grupos de presión. 

Dos ONG Red de Acción en Europa, Corporate Europe Observatory, llevó a cabo un trabajo de investigación que hoy confirma estas sospechas. Las dos encuestas realizadas de forma independiente el uno del otro, fueron capaces de identificar que se tomó la decisión de suspender el trabajo sobre los disruptores endocrinos que define criterios para iniciar el estudio de impacto en julio de 2013 bajo presión de Catherine Day, Secretaria General de la Comisión Europea.

ONG denuncian que el acceso a los correos electrónicos intercambiados había altos funcionarios responsables y de los grupos de presión de la industria química, que fueron capaces de establecer que esta decisión fue precedida de una intensa campaña de presión orquestada entre marzo y junio 2013 por las grandes empresas químicas (Bayer, BASF, DuPont), las federaciones de empresarios de la industria (Cefic, el Consejo Americano de Química) y la Cámara Americana de Comercio (Amcham). 

Este último habría planteado durante las discusiones con funcionarios europeos los impactos negativos de una posible legislación sobre disruptores endocrinos en el proceso de negociación del comercio transatlántico y la sociedad de inversión (TTIP), entonces en preparación. 

Las ONG también revelan las luchas internas que tuvieron lugar dentro de la Comisión sobre este tema. Sus informes muestran como la Dirección General de Empresa fue capaz de reunir a otras Direcciones Generales con el fin de hacer fracasar el trabajo de la Dirección General de Medio Ambiente, que ha demostrado ser mucho menos receptivos a los argumentos de la industria. Ahora el tema de los disruptores endocrinos esta en manos de la Dirección General de Salud, que continúa su trabajo relacionado con el estudio de impacto

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